Sin gloria, sin rumbo, sin nombre ni historia...
Una vez más estoy aquí, en la estación de siempre, en la calle nocturna de los desesperados, a la misma hora de los somnolientos y en los brazos de uno que otro desamparado.
No es bastante curioso tener demasiado sueño y tan pocas ganas de dormir? .... no, supongo que no lo es pero no sabría como dejar de tener tan poca fe a dormir mientras lo que duele se expande al resto de mi cuerpo, quizá es esa amarga historia que llega antes de dormir, esos recuentos revolucionarios de sin sabores que compartimos en cuestiones desabridas que, en el día o en el año, han pasado por nosotros con tanto afán de hacernos pasar un mal rato.
Odio estar ahora con tan poca creatividad, intentando desechar un par de rollos que aturden en mi cabeza con un estruendo estrepitoso que no me deja descanso ni lucidez, lloro para mis adentros, pero a la vez estoy intentando hallar una puerta que por descuido me dejase escapar un poco de mi misma.
Pensar en todo y no entender absolutamente nada de lo que no hay nada que comprender, asuntos del corazón quizá... Un par de cosas que no han sido lo que esperaba que fuesen, contemplar una vez más a corazón abierto aquel dolor tan conocido, tan preciado, hacerme tal vez la misma pregunta a la que por estos casos uno recurre una y otra vez, reprocharme un poco...
Maldecir a la experiencia, al tiempo, a la confianza y recurrir al valor de encarar a la vida como viene porque si algo es cierto es que no podemos cambiar una sola roca de este mundo a como está. Aunque también debo abrazarme al duelo de dejar pasar lo que haya de irse de una vez.
Pero no sin antes preguntar... por qué? porque he de volver a creer en lo increíble? por que a pesar de saberlo quiero renovar mi fe en las personas o las cosas que no son dignas de ella? que es lo que hace que una persona inteligente se vuelva tan rústica y burda un día como este? He de dejarlo todo, absolutamente, todo.
He de volver a vaciar la mente para volver a llenarla, de mirar aquellas pruebas tantas veces como me sea posible para hallar en ellas las mismas tristes cosas que he hallado antes, y quien sabe, quizá para obtener en ellas las mismas respuestas de siempre.
A caso lo pertinente es vagar sin rumbo en un lugar tan frío? Es necesario esto para dar a la razón la certeza que merece? o simplemente se trata de crecer un poco más ahondando en la pena de andar descalzo por el mundo sin saber a donde se va, anhelar desconocerse para comprenderse más de lo debido, dejar de viajar al interior para no tener que recurrir a una historia que por cierta nos desnude a la evidente mirada de todos los que nos rodeasen...
Sin embargo pareciese que el lamentarse es el mejor carnaval que se tiene por las noches de poco o nulo sueño, preguntar inútilmente cosas obvias y tontas, por consiguiente imposibles de responder, carentes quizá de interés y relevancia, entristeciendo a mi ego en la ignorancia, suplicando que no sea este otro de esos relatos de reuniones sociales donde todos comparten un bien común.
Pero que más da, no importa mucho si dibujo un mapa de perfil con el más mínimo detalle, que sentido tiene decir que hasta ahora estoy entendiendo que no comprendo nada y que nada de todo lo que sé es necesario o suficiente, nunca nada es suficiente pero es lo adecuado, porque ahora mismo tengo la curiosa seguridad de dejarle al tiempo y a la vida encargarse de todo, soltar amarras, saltar al vacío, echarme de cabeza para no seguir escalando una montaña inexistente, perderme para llegar a encontrarme, si con todo ello logro descubrir sucesos más grandes que los nuestros.
No es bastante curioso tener demasiado sueño y tan pocas ganas de dormir? .... no, supongo que no lo es pero no sabría como dejar de tener tan poca fe a dormir mientras lo que duele se expande al resto de mi cuerpo, quizá es esa amarga historia que llega antes de dormir, esos recuentos revolucionarios de sin sabores que compartimos en cuestiones desabridas que, en el día o en el año, han pasado por nosotros con tanto afán de hacernos pasar un mal rato.
Odio estar ahora con tan poca creatividad, intentando desechar un par de rollos que aturden en mi cabeza con un estruendo estrepitoso que no me deja descanso ni lucidez, lloro para mis adentros, pero a la vez estoy intentando hallar una puerta que por descuido me dejase escapar un poco de mi misma.
Pensar en todo y no entender absolutamente nada de lo que no hay nada que comprender, asuntos del corazón quizá... Un par de cosas que no han sido lo que esperaba que fuesen, contemplar una vez más a corazón abierto aquel dolor tan conocido, tan preciado, hacerme tal vez la misma pregunta a la que por estos casos uno recurre una y otra vez, reprocharme un poco...
Maldecir a la experiencia, al tiempo, a la confianza y recurrir al valor de encarar a la vida como viene porque si algo es cierto es que no podemos cambiar una sola roca de este mundo a como está. Aunque también debo abrazarme al duelo de dejar pasar lo que haya de irse de una vez.
Pero no sin antes preguntar... por qué? porque he de volver a creer en lo increíble? por que a pesar de saberlo quiero renovar mi fe en las personas o las cosas que no son dignas de ella? que es lo que hace que una persona inteligente se vuelva tan rústica y burda un día como este? He de dejarlo todo, absolutamente, todo.
He de volver a vaciar la mente para volver a llenarla, de mirar aquellas pruebas tantas veces como me sea posible para hallar en ellas las mismas tristes cosas que he hallado antes, y quien sabe, quizá para obtener en ellas las mismas respuestas de siempre.
A caso lo pertinente es vagar sin rumbo en un lugar tan frío? Es necesario esto para dar a la razón la certeza que merece? o simplemente se trata de crecer un poco más ahondando en la pena de andar descalzo por el mundo sin saber a donde se va, anhelar desconocerse para comprenderse más de lo debido, dejar de viajar al interior para no tener que recurrir a una historia que por cierta nos desnude a la evidente mirada de todos los que nos rodeasen...
Sin embargo pareciese que el lamentarse es el mejor carnaval que se tiene por las noches de poco o nulo sueño, preguntar inútilmente cosas obvias y tontas, por consiguiente imposibles de responder, carentes quizá de interés y relevancia, entristeciendo a mi ego en la ignorancia, suplicando que no sea este otro de esos relatos de reuniones sociales donde todos comparten un bien común.
Pero que más da, no importa mucho si dibujo un mapa de perfil con el más mínimo detalle, que sentido tiene decir que hasta ahora estoy entendiendo que no comprendo nada y que nada de todo lo que sé es necesario o suficiente, nunca nada es suficiente pero es lo adecuado, porque ahora mismo tengo la curiosa seguridad de dejarle al tiempo y a la vida encargarse de todo, soltar amarras, saltar al vacío, echarme de cabeza para no seguir escalando una montaña inexistente, perderme para llegar a encontrarme, si con todo ello logro descubrir sucesos más grandes que los nuestros.
Comentarios
Publicar un comentario