Mi lado oscuro
Hace Siglos atrás, muchos siglos a decir verdad, existe una razón por la cual los seres humanos tenemos implícito un lado oscuro, es nuestra forma natural que se desprende de un núcleo muy dentro de nosotros, vivimos con esa mitad desde entonces y algunas veces huimos hacia ella.
La mayoría de las personas se refieren a la luz y a la oscuridad con el nombre legendario del bien y el mal.
Pero en nosotros, esas dos cosas vienen del mismo lugar, nacen juntas y mueren juntas por décadas, por milenios, por siglos de maldición que nos acompañan sin importan distancias, diferencias de color, raza, cultura o nación.
Podemos ponerles el nombre que queramos, de cualquier modo son un hecho que no podemos negar, así que no importa cuanto deseemos extirpar el lado oscuro, no se irá, pero alguien compadecido de esto, nos regaló el don de elegir.
En ocasiones, cuando estamos lo suficientemente despiertos, decidimos a la luz como representante de nuestras emociones e intenciones para con la humanidad, otras veces cuando por cansancio nos dormimos, es el lado oscuro el que se nombra a si mismo dueño y autoridad de nuestros actos.
Sabemos que si quisiéramos podríamos discernir, pero algunas veces por naturaleza nos atrae el poder, nos apasiona la grandeza de saber que en nuestras manos podemos destruir todo cuanto queramos, tenemos también por desgracia la capacidad de ser un príncipe o un verdugo. Es solo que a pesar de las recompensas que conocemos nos da el ser la luz, nos vence el ser poderoso y tomar el control.
Nos atrae la caza, la gloria falsa, la grandeza, la vanidad de ser notado y alabado, que de todos los excesos de este mundo es ese el que nunca falla, y no falla porque es la trampa más fácil para ser vencido por nuestro lado más sombrío, por el más frío e inhumano.
¿Cómo puede no importarnos el sufrimiento que somos capaces de causarle a otro ser? ¿Cómo podemos sonreír por tener el control a costa del dolor de las personas? ¿ Cómo podemos llegar a tener un corazón tan frío y tan calculador? Esas son algunas de las cosas que aún no puedo comprender.
¿Cómo puede un lado tan terrible nacer del mismo lugar donde nace el amor? ¿A caso estamos equivocándonos? ¿Es el verdadero hogar del amor el corazón? O¿ le hemos atribuido un sentimiento tan puro y tan perfecto al lugar equivocado?, es posible que el amor sea producto del cerebro y la maldad del corazón. Es probable...
Y reforzando esta teoría, he leído bien alguna vez una cita que decía algo mas o menos así: El amor es una elección consciente, porque yo puedo decidir de quien enamorarme no es que el amor sea un sentimiento que me controle a mi porque los sentimientos provienen de los pensamientos, los pensamientos de la mente y a la mente, la controlo yo. Por tanto, yo soy el o la única persona que puede elegir de quien enamorarse.
Seré honesta, durante mucho tiempo no lo creí tampoco, porque adoraba la idea romántica que todos tenemos acerca de que el amor es un sentimiento arrebatador que viene del corazón y que no soy capaz de controlar, y es que esta idea es una mentira muy hermosa, pero mentira al fin. Queremos pasar la vida durmiendo en mentiras como esta mientras mi lado oscuro se apodere de mi, que más da nos decimos a veces, que más da si opongo resistencia o no, prefiero que me posea y que lastime a quien creo que amo si con ello puedo seguir viviendo una maravillosa mentira, una ilusión.
Y así es como llegamos a convertirnos algunas veces en la persona más cruel y más inhumana para otros, un tirano (a), quien se rinde de luchar por ser alguien mejor, alguien que sede el control a cualquier cosa de si mismo que este dispuesto a tomarle si con eso, evado la responsabilidad de hacerme cargo de mis errores y mis consecuencias.
Hemos preferido dormirnos, por miedo o por placer y hemos elegido mal, pretendemos estar en esta vida sin vivirla a como viene, hemos decidido amar sin elegir enamorarnos, y lo peor de todo es que nos hemos convencido de creer todas esas mentiras que construimos, porque hemos hecho un laberinto tan grande que nosotros mismos no ubicamos ya la salida.
Así que por nostalgia o por orgullo decidimos tapar nuestra culpa para no tener que mirarla a la cara todas las mañanas al ver el espejo, y decidimos llamar a nuestra conducta convicción, creamos etiquetas que resellen y respalden la ironía, y decidimos olvidar para no tener que recordar la pena que nos embarga al entender que hemos sido nosotros mismos los causantes de alimentar esa desdicha.
Sin embargo tuvimos que encontrar a un culpable que apague el furor y el tormento que saber nuestra culpa nos causa, y cuando le encontramos amándonos decidimos crucificarle porque no pudimos soportar el dolor de verle a la cara, porque no queremos descubrir que tenemos la culpa de lo que nos pasa y de lo que nos hemos convertido, decidimos matarle para acabar con la ultima voz de conciencia que nos suplicaba arrepentirnos de este orgullo que nos alimenta, y todos en acuerdo decidimos omitir este hecho y lo llamamos profesía, hay quienes por arrepentimiento se aferran a su voz y le nombran fe.
Pocas veces alguno de nosotros se atreve a volver y se arriesga a cruzar la línea para convertirse en una estrella que ilumine el camino de otros, y yo me pregunto... ¿En qué momento vamos a decidir por la felicidad agena que es también la propia? porque no estamos desligados los unos de los otros.
Porque mantener la felicidad y el respeto por los demás me devuelve y me reafirma el propio, porque es mejor ser la causa de las risas en las caras de alguien que ser la razón de las lágrimas de alguno.
Entonces, planteate una fecha, toma participación activa en esto y decide hasta cuando va a ser tu momento.
Entre tanto, te deseo con amor toda la suerte del mundo, y te abrazo con afecto de un compañero que viaja en tu misma condición. Te regalo mi verdad si la recibes, y sostengo tu carga si lo permites...
La mayoría de las personas se refieren a la luz y a la oscuridad con el nombre legendario del bien y el mal.
Pero en nosotros, esas dos cosas vienen del mismo lugar, nacen juntas y mueren juntas por décadas, por milenios, por siglos de maldición que nos acompañan sin importan distancias, diferencias de color, raza, cultura o nación.
Podemos ponerles el nombre que queramos, de cualquier modo son un hecho que no podemos negar, así que no importa cuanto deseemos extirpar el lado oscuro, no se irá, pero alguien compadecido de esto, nos regaló el don de elegir.
En ocasiones, cuando estamos lo suficientemente despiertos, decidimos a la luz como representante de nuestras emociones e intenciones para con la humanidad, otras veces cuando por cansancio nos dormimos, es el lado oscuro el que se nombra a si mismo dueño y autoridad de nuestros actos.
Sabemos que si quisiéramos podríamos discernir, pero algunas veces por naturaleza nos atrae el poder, nos apasiona la grandeza de saber que en nuestras manos podemos destruir todo cuanto queramos, tenemos también por desgracia la capacidad de ser un príncipe o un verdugo. Es solo que a pesar de las recompensas que conocemos nos da el ser la luz, nos vence el ser poderoso y tomar el control.
Nos atrae la caza, la gloria falsa, la grandeza, la vanidad de ser notado y alabado, que de todos los excesos de este mundo es ese el que nunca falla, y no falla porque es la trampa más fácil para ser vencido por nuestro lado más sombrío, por el más frío e inhumano.
¿Cómo puede no importarnos el sufrimiento que somos capaces de causarle a otro ser? ¿Cómo podemos sonreír por tener el control a costa del dolor de las personas? ¿ Cómo podemos llegar a tener un corazón tan frío y tan calculador? Esas son algunas de las cosas que aún no puedo comprender.
¿Cómo puede un lado tan terrible nacer del mismo lugar donde nace el amor? ¿A caso estamos equivocándonos? ¿Es el verdadero hogar del amor el corazón? O¿ le hemos atribuido un sentimiento tan puro y tan perfecto al lugar equivocado?, es posible que el amor sea producto del cerebro y la maldad del corazón. Es probable...
Y reforzando esta teoría, he leído bien alguna vez una cita que decía algo mas o menos así: El amor es una elección consciente, porque yo puedo decidir de quien enamorarme no es que el amor sea un sentimiento que me controle a mi porque los sentimientos provienen de los pensamientos, los pensamientos de la mente y a la mente, la controlo yo. Por tanto, yo soy el o la única persona que puede elegir de quien enamorarse.
Seré honesta, durante mucho tiempo no lo creí tampoco, porque adoraba la idea romántica que todos tenemos acerca de que el amor es un sentimiento arrebatador que viene del corazón y que no soy capaz de controlar, y es que esta idea es una mentira muy hermosa, pero mentira al fin. Queremos pasar la vida durmiendo en mentiras como esta mientras mi lado oscuro se apodere de mi, que más da nos decimos a veces, que más da si opongo resistencia o no, prefiero que me posea y que lastime a quien creo que amo si con ello puedo seguir viviendo una maravillosa mentira, una ilusión.
Y así es como llegamos a convertirnos algunas veces en la persona más cruel y más inhumana para otros, un tirano (a), quien se rinde de luchar por ser alguien mejor, alguien que sede el control a cualquier cosa de si mismo que este dispuesto a tomarle si con eso, evado la responsabilidad de hacerme cargo de mis errores y mis consecuencias.
Hemos preferido dormirnos, por miedo o por placer y hemos elegido mal, pretendemos estar en esta vida sin vivirla a como viene, hemos decidido amar sin elegir enamorarnos, y lo peor de todo es que nos hemos convencido de creer todas esas mentiras que construimos, porque hemos hecho un laberinto tan grande que nosotros mismos no ubicamos ya la salida.
Así que por nostalgia o por orgullo decidimos tapar nuestra culpa para no tener que mirarla a la cara todas las mañanas al ver el espejo, y decidimos llamar a nuestra conducta convicción, creamos etiquetas que resellen y respalden la ironía, y decidimos olvidar para no tener que recordar la pena que nos embarga al entender que hemos sido nosotros mismos los causantes de alimentar esa desdicha.
Sin embargo tuvimos que encontrar a un culpable que apague el furor y el tormento que saber nuestra culpa nos causa, y cuando le encontramos amándonos decidimos crucificarle porque no pudimos soportar el dolor de verle a la cara, porque no queremos descubrir que tenemos la culpa de lo que nos pasa y de lo que nos hemos convertido, decidimos matarle para acabar con la ultima voz de conciencia que nos suplicaba arrepentirnos de este orgullo que nos alimenta, y todos en acuerdo decidimos omitir este hecho y lo llamamos profesía, hay quienes por arrepentimiento se aferran a su voz y le nombran fe.
Pocas veces alguno de nosotros se atreve a volver y se arriesga a cruzar la línea para convertirse en una estrella que ilumine el camino de otros, y yo me pregunto... ¿En qué momento vamos a decidir por la felicidad agena que es también la propia? porque no estamos desligados los unos de los otros.
Porque mantener la felicidad y el respeto por los demás me devuelve y me reafirma el propio, porque es mejor ser la causa de las risas en las caras de alguien que ser la razón de las lágrimas de alguno.
Entonces, planteate una fecha, toma participación activa en esto y decide hasta cuando va a ser tu momento.
Entre tanto, te deseo con amor toda la suerte del mundo, y te abrazo con afecto de un compañero que viaja en tu misma condición. Te regalo mi verdad si la recibes, y sostengo tu carga si lo permites...
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