De javu en RE mayor.
Esta noche recibí un nuevo mensaje en la letanía, nuevamente tuyo... y como no quiero decir tu nombre te llamaré constelación. Tu nombre suena como si lo fuese, parecido a orión pero no tan impactante.
La recepción no fue buena esta noche, no fue tu mejor momento para irrumpir de nuevo en mi vida, una verdadera lástima, para ambos considero... Pues, de alguna forma me habría venido bien hacer las pases con el universo, aunque no me lo reprocho, si hay algo totalmente cierto es que las cosas solo ocurren cuando es su tiempo.
Así que vuelvo a la hipótesis de que este no es el nuestro, no todavía, no en este momento. Sin embargo, si debo confesar mis nervios evidentes para todos, mi obvio malestar, mi ligero insomnio repentino y estas absurdas ganas de gritar o de salir corriendo para no seguirme conteniendo en el mismo frasco en el que he llevo atrapada por años.
Me duele la mente, curioso el termino ya en sí, a caso la mente duele? se preguntaran, y seguramente he de contestar con otra incoherencia, pues ni yo misma sabría que objetar a todo esto, quizá porque por este momento ya tengo un considerable tiempo empleado a pensar y a analizar las razones que habían cuando estábamos juntos, no tan importantes quizá como las otras, las de estar separados.
Un día de estos creo que terminaré por acostumbrarme del todo a mirarte entrar y salir con más facilidad que la vez anterior, y será porque me cansaré de objetar mil y un razones para quedarte adentro o fuera de esta definitivamente, las emociones humanas, los sentimientos, los pensamientos son armas tan difíciles de manejar... quizá los adultos no podemos con ese cargo a cuestas, deberíamos dejar a los niños usarlas con más certeza que nosotros mismos.
A veces pienso que ellos saben más a dónde van y lo que quieren que todos nosotros juntos, en fin, para no desviarnos volvamos al planeta y entendamos esto:
El mágico universo interior de una persona está compuesto no solo de emociones, de pensamientos, de reglas, de sensaciones, de recuerdos y demás cosas, para divertirnos adivinando en que lugar hemos de colocarlas o darles un color, asignar un lugar medir niveles de importancia entre unos y otros.
Ese universo interior es más frágil y delicado y en sí mismo más importante que todo, absolutamente todo lo que nosotros consideremos que lo es, cada una de esas galaxias por llamarles de un modo, están compuestas a su vez de millones de estrellas y órbitas que no imaginamos ni en un millón de años. Son cosas realmente tan maravillosas y a la vez tan peligrosas que la curiosidad de poder conocerlas se hace fascinante e irresistible.
Lo difícil es encontrar la forma de llegar a ellas en artefactos que no alteren su materia ni entorpezcan su curso natural, hacer pruebas y movimientos para disfrutarlos intentando no dañar su entorno, porque cuando algo sale mal el dispararlas hará que una cólera violenta se transporte sobre ti como un rayo que atravesaría tu pecho en un segundo.
La metáfora nos lleva a poner los pies en la tierra, a ver las cosas con objetividad, a tener conciencia de lo que hacemos y decimos, de sus consecuencias y los riesgos. A pesar de ello, pareciese que estamos empeñados en no querer asumir ninguna de estas cosas cuando nos suceden, queremos robarnos lo mejor del universo de una persona, hurtar, disfrutar alocadamente, jugar y ordenar a nuestro antojo todas esas cosas que nos parecen fascinantes sin asumir también las consecuencias del después.
Se nos olvida, que a pesar de las galaxias, las constelaciones, los planetas, existen hoyos negros que fugan la basura galáctica para depurar el sistema. Son y están por una razón imprescindible, útil e importante para ese sistema.
Quien soy yo para pretender ser dueño de todo eso cuando no puedo controlar mi propio universo? quien me he de creer yo para manejarlo o destrozarlo a mi antojo sin asumir que si me equivoco lo podría perder, el derecho a si quiera mirarlo desde lejos...
Y todo esto viene a esta razón tan simple, vivir, respirar, amar y absorber la maravilla de una persona es estar dispuesto a enfrentar a los demonios que vienen con ella, es estar verdaderamente consciente de asumir el costo de fallarle, de mentirle, de robarle sueños, suspiros, lágrimas, es aceptar la derrota y abrazarte a la esperanza de un perdón sincero sin esperar continuar vigente en su vida.
Es saber ganar pero también saber reconocer cuando se pierde, es recoger nuestras risas de burla en un momento dado, nuestras falsedades aunque estas no fuesen con la intención de lastimar, sino por pobreza interna o ignorancia, es no pretender llegar de nuevo a la vida de alguien a quien herimos esperando que nos abrace, es poder aprender en el dolor de un sufrimiento ageno a causa nuestra que...en ocasiones, ser tan estúpido nos hace perder una de las escasas personas tan valiosas que nos lo dieron todo sin pensar en si mismas.
No puedo ni podré esperar la amistad de alguien a quien le mentí, a quien le robe mil suspiros y le estruje el corazón, a quien le mentí mirándole a los ojos y pedí perdón poseyéndola en su cielo.
Quién sería yo si un día me aparezco dispuesto a pretender que soy merecedor de quien me amó y no supe amar?
Por ello esta Noche Orión, te digo a ti lo mismo que me repito y que le comparto a todo aquel que esté dispuesto a recibirlo con sinceridad, que es necesario valorar a las personas que nos aman cuando las tenemos cerca, es necesario recordarles que nos damos cuenta de ello porque ni siquiera nos piden demasiado, tan solo una mirada honesta, una palabra de afecto, una caricia del alma.
Hay que vivirlas y respirarlas y grabarlas en nuestra memoria, por si un día, ya no tenemos la dicha de su presencia iluminando nuestras vidas, hay que saber robarles risas de alegría y esforzarse más por dejar de lastimarlas, porque cuando haces lo contrario a esto, debes ser tan maduro, para consentir la capacidad de soportar el dolor de tu propia consecuencia.
Por esto Orión te repito que hoy no puedo ser tu amiga...
La recepción no fue buena esta noche, no fue tu mejor momento para irrumpir de nuevo en mi vida, una verdadera lástima, para ambos considero... Pues, de alguna forma me habría venido bien hacer las pases con el universo, aunque no me lo reprocho, si hay algo totalmente cierto es que las cosas solo ocurren cuando es su tiempo.
Así que vuelvo a la hipótesis de que este no es el nuestro, no todavía, no en este momento. Sin embargo, si debo confesar mis nervios evidentes para todos, mi obvio malestar, mi ligero insomnio repentino y estas absurdas ganas de gritar o de salir corriendo para no seguirme conteniendo en el mismo frasco en el que he llevo atrapada por años.
Me duele la mente, curioso el termino ya en sí, a caso la mente duele? se preguntaran, y seguramente he de contestar con otra incoherencia, pues ni yo misma sabría que objetar a todo esto, quizá porque por este momento ya tengo un considerable tiempo empleado a pensar y a analizar las razones que habían cuando estábamos juntos, no tan importantes quizá como las otras, las de estar separados.
Un día de estos creo que terminaré por acostumbrarme del todo a mirarte entrar y salir con más facilidad que la vez anterior, y será porque me cansaré de objetar mil y un razones para quedarte adentro o fuera de esta definitivamente, las emociones humanas, los sentimientos, los pensamientos son armas tan difíciles de manejar... quizá los adultos no podemos con ese cargo a cuestas, deberíamos dejar a los niños usarlas con más certeza que nosotros mismos.
A veces pienso que ellos saben más a dónde van y lo que quieren que todos nosotros juntos, en fin, para no desviarnos volvamos al planeta y entendamos esto:
El mágico universo interior de una persona está compuesto no solo de emociones, de pensamientos, de reglas, de sensaciones, de recuerdos y demás cosas, para divertirnos adivinando en que lugar hemos de colocarlas o darles un color, asignar un lugar medir niveles de importancia entre unos y otros.
Ese universo interior es más frágil y delicado y en sí mismo más importante que todo, absolutamente todo lo que nosotros consideremos que lo es, cada una de esas galaxias por llamarles de un modo, están compuestas a su vez de millones de estrellas y órbitas que no imaginamos ni en un millón de años. Son cosas realmente tan maravillosas y a la vez tan peligrosas que la curiosidad de poder conocerlas se hace fascinante e irresistible.
Lo difícil es encontrar la forma de llegar a ellas en artefactos que no alteren su materia ni entorpezcan su curso natural, hacer pruebas y movimientos para disfrutarlos intentando no dañar su entorno, porque cuando algo sale mal el dispararlas hará que una cólera violenta se transporte sobre ti como un rayo que atravesaría tu pecho en un segundo.
La metáfora nos lleva a poner los pies en la tierra, a ver las cosas con objetividad, a tener conciencia de lo que hacemos y decimos, de sus consecuencias y los riesgos. A pesar de ello, pareciese que estamos empeñados en no querer asumir ninguna de estas cosas cuando nos suceden, queremos robarnos lo mejor del universo de una persona, hurtar, disfrutar alocadamente, jugar y ordenar a nuestro antojo todas esas cosas que nos parecen fascinantes sin asumir también las consecuencias del después.
Se nos olvida, que a pesar de las galaxias, las constelaciones, los planetas, existen hoyos negros que fugan la basura galáctica para depurar el sistema. Son y están por una razón imprescindible, útil e importante para ese sistema.
Quien soy yo para pretender ser dueño de todo eso cuando no puedo controlar mi propio universo? quien me he de creer yo para manejarlo o destrozarlo a mi antojo sin asumir que si me equivoco lo podría perder, el derecho a si quiera mirarlo desde lejos...
Y todo esto viene a esta razón tan simple, vivir, respirar, amar y absorber la maravilla de una persona es estar dispuesto a enfrentar a los demonios que vienen con ella, es estar verdaderamente consciente de asumir el costo de fallarle, de mentirle, de robarle sueños, suspiros, lágrimas, es aceptar la derrota y abrazarte a la esperanza de un perdón sincero sin esperar continuar vigente en su vida.
Es saber ganar pero también saber reconocer cuando se pierde, es recoger nuestras risas de burla en un momento dado, nuestras falsedades aunque estas no fuesen con la intención de lastimar, sino por pobreza interna o ignorancia, es no pretender llegar de nuevo a la vida de alguien a quien herimos esperando que nos abrace, es poder aprender en el dolor de un sufrimiento ageno a causa nuestra que...en ocasiones, ser tan estúpido nos hace perder una de las escasas personas tan valiosas que nos lo dieron todo sin pensar en si mismas.
No puedo ni podré esperar la amistad de alguien a quien le mentí, a quien le robe mil suspiros y le estruje el corazón, a quien le mentí mirándole a los ojos y pedí perdón poseyéndola en su cielo.
Quién sería yo si un día me aparezco dispuesto a pretender que soy merecedor de quien me amó y no supe amar?
Por ello esta Noche Orión, te digo a ti lo mismo que me repito y que le comparto a todo aquel que esté dispuesto a recibirlo con sinceridad, que es necesario valorar a las personas que nos aman cuando las tenemos cerca, es necesario recordarles que nos damos cuenta de ello porque ni siquiera nos piden demasiado, tan solo una mirada honesta, una palabra de afecto, una caricia del alma.
Hay que vivirlas y respirarlas y grabarlas en nuestra memoria, por si un día, ya no tenemos la dicha de su presencia iluminando nuestras vidas, hay que saber robarles risas de alegría y esforzarse más por dejar de lastimarlas, porque cuando haces lo contrario a esto, debes ser tan maduro, para consentir la capacidad de soportar el dolor de tu propia consecuencia.
Por esto Orión te repito que hoy no puedo ser tu amiga...
Dedicado a O.N.A.
ResponderEliminar