El valor de Ser quien se Es

Sé de lo que hablo, sé perfectamente lo que quiero, con inteligencia, gracia, y considerado respeto, la razón traza un camino yo elijo la meta, inhalo el buen gusto de los sentidos plasmados en una tela de curadas hebras, pero ilumino mi sendero con optimismo, expiro soñando, actúo cantando e imito a la alegría en el sollozo matutino, y sé esperar no contemplando, porque el rescate no tiene fecha de vencimiento, y de los asuntos, los míos, soy mi propio auxilio.

 Hoy es el día que llegada la hora, me demuestro sin demostrarte que no te esperaba, y si bien te golpea la ráfaga de mi marcha al pasar junto a ti, no te sorprenda la ignorancia que refleja mi aspecto, pues antes, entonces y ahora sigo sin necesitarte, rindo a mi, el poder de la fuerza que me alimenta, en la energía que me impregna y la soltura que me abraza cada día, para recordarme, que soy una obra definida, detallada, esculpida con solidez y sobriedad, auténtica, real.

Cuando me tengas de nuevo, y por un breve instante, cuando me encuentre de nuevo en tu presencia, no te molestes en disculpar tu insensatez, el ataque de un león no necesita explicación ni previa disculpa, pero si sientes la inminente necesidad de acortar tu incomodidad y la vergüenza te esconde detrás de su máscara, aspira todo el oxigeno que puedas da media vuelta y márchate.

Pero nunca olvides, que las flores, nunca dejan de ser flores que pintan de un maravilloso color el paisaje de los días, y que su perfume no se termina en el abono de la tierra, porque la libertad del campo le brinda el calor necesario, y ellas mismas se proporcionan los nutrientes de la tierra que habitan, porque si tú dejas regarlas, un día se marchitan y al día siguiente renacen con más fuerza, aferradas a embellecer el paisaje que tu observas a diario, incluso si te das cuenta que ellas y sus maravillas, ya no te pertenecen...