Cambio...

Existe una cosa en la vida de todos los seres humanos que nos atemoriza me atrevo a decir, incluso aún más que la propia muerte, la mayoría del tiempo estamos en el juego constante de descubrirnos a nosotros mismos inmersos en un mar de posibilidades y realidades que.. temerosamente afrontamos, cuestionamos, dudamos y hasta negamos con todas nuestras fuerzas, pero al final, una sola cosa es capaz de anteponerse incluso a nuestra voluntaria obstinación, ésta es, la vida.

Y de repente es dura como irresistible, una pasión que nos une a todos en una sola comunidad, una de las pocas realidades que no somos capaces de negar, incluso si a veces nos duele, es verdad que la vida es sencilla, pero muchos momentos y decisiones no lo son, parte de ello es su esencia, y aprender es solo el resultado de vivirla.

No puedo volver el tiempo atrás y deshacer lo que haya dicho o hecho mal, pero puedo cambiar lo que tengo ahora, puedo armarme de valor para enfrentarla detrás de la espada de la verdad y el escudo de la justicia o puedo esconderme detrás del miedo de mirarla.

No voy a mentir esta vez, no voy a mentirme a mi de algo que me duele intensamente, profundamente, y que no quise entender, escuche por ahí miles de consejos maravillosos de quien amo, pero en aquel momento no estaba preparada para tomarlos, me dolía internamente tener que reconocer que la vida está llena de decisiones difíciles y terriblemente urgentes, decidir muchas veces requiere de una acción rápida, no siempre se puede tener el tiempo y la disponibilidad de sentarse a reflexionar, parte de el error o la experiencia viene de la fuente de lo urgente, de estar vivo dentro de este carnaval de movimiento y de estelares que hay que actuar, estar vivo a veces implica tener que decidir en un segundo, el camino de una vida y correr el riesgo de equivocarse.

Yo no quise entender a una persona que fue importante en mi vida, que lo sigue siendo, aunque de un modo mas razonable, quería aferrarme a un tiempo y un espacio que tenían que seguir, no habían opciones y las que habían las agoté, supongo de algún modo, me tocó aprender que otra faceta de amar es aprender a soltarse cuando llegue el momento y vivir suelto el resto de la vida, aprender a dejar ser a quien amas en el sitio en que mejor puede ser quien es.

Decirlo suena fácil? créanme, es igual de fácil que escucharlo por primera vez y tener que vivirlo para concluir en un adiós que quisieras no tener que aceptar, crecer es duro, comprender que hay un cambio en el que todo lo pasado debe transformarse para renacer en algo mejor no es algo sencillo, pero, la vida es y seguirá siendo la mejor de las experiencias de estar vivo.

A veces uno quisiera creer que la vida puede tener algo de magia, que hay fronteras que pueden saltarse para volvernos a encontrar, aunque a veces, simplemente nos sorprenda. 

Soneto:
"Ya pasó, ya he dejado que se empañe, la ilusión de que vivir es indoloro, que raro que seas tú quien me acompañe soledad, a mi que nunca supe bien como estar solo". [Soledad-Jorge Drexler]
 No quiero ser de esas personas que pasan su vida mirando detrás de una ventana, no quiero dejar escapar mis sueños otra vez, porque las personas que amamos y nos aman, solo mueren si las olvidamos, las cosas solo cambian de estado, pasan de unas a otras, al final lo que perdemos no lo perdemos, porque nada es nuestro.

Quiero que mi pensamiento viaje en cada suspiro de mi cuerpo mientras esté con vida, quiero que cada alegría y cada sonrisa mía te contagie desde cualquier rincón del universo, que si es verdad que dar pasos hacia adelante a veces es doloroso, es cierto que siempre es una fortuna, te amo en cada parte de mi presencia y en el silencio de nuestro vacío y en tu silencio, donde todos los días jugamos a luchar mientras nos acompañamos en nuestra ausencia...

Es cierto que la muerte nos separa, pero algo más grande nos reúne en una misma persona, sabes bien, que a cualquier distancia mi corazón es el tuyo y el tuyo es el mío, como todas las mañanas que te escuchaba despertarme con entusiasmo, con la misma energía de el amor de dos niños, y la misma sobria madurez de los años futuros.

No digamos adiós sino hasta luego, que al final, siempre volveremos a encontrarnos...

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