La Vida
Una mujer estaba sentada en una banca esperando... y mientras resistía el tiempo pensaba en todas aquellas cosas que dentro de su mente no parecían querer ordenarse, me contaba que sentía muchas sensaciones que la atormentaban, y me decía, que difíciles son las emociones humanas mi querida niña.
Cuando uno es joven y aún se tiene un cúmulo de energías esperando ser explotadas, casi no piensas que tienes que colocarlas en orden para poder avanzar, por esta razón hemos gastado aquella frase que usamos las personas maduras al referirnos al ímpetu juvenil sugiriendo que el mundo puede comerse a manos llenas, en dado caso que así fuese, puesto que nos provocaría una gran indigestión tal saña.
Con el paso del tiempo las cosas van apaciguando ese furor, y hasta el modo de actuar se vuelve tranquilo, a veces entendemos que ciertas realidades deben manejarse de alguna forma, aunque no sea como lo esperamos, a diferencia de cuando se es joven, la madurez llega para asentar cada parte de nuestra existencia a la justa medida de la realidad que vivimos, la vida es así, y no luchamos contra ella, la comprendemos, la aceptamos y posteriormente fluimos con ella.
Todo es sencillo cuando te tomas de su mano y transitas este largo recorrido que con suerte dure un par de años más, por el contrario, esto no me quita habilidades, se bien lo que sientes, lo puedo ver a través de tus ojos, pero no sufras mi niña, el sufrimiento es en vano, amarga tu camino y te estanca. Recoge tu dolor, y llévalo de una forma decorosa, haz esto lo mejor que puedas y no olvides sonreír, si aún duele el hecho de reír, amortiguará ese duro golpe que nos damos al caer.
Y cuando te sientas sola, recuerda que aun puedes revestirte de esa soledad y cocerla para hacerte un hermoso vestido,para cuando ese sentimiento encuentre un muelle donde amarrar, porque siempre lo encuentra... podrás mirar con claridad y te sentirás fuerte, motivada, tranquila, solo entonces podrás decidir si arribar o seguir tu camino en una mejor dirección.
Quiero que me permitas el atrevimiento de aconsejarte una cosa más, te pido, que si decides quedarte o marcharte, trates de no olvidar que este proceso es cíclico y normal, no es trascendental pero necesario, así que debes estar lista para saber cuando será el momento de soltar o incluso de irse. Ambas cosas dolerán muchísimo, pero un día.. te encontrarás en un sitio tranquilo como este, y reposando, reflexionarás acerca de todo esto, y comprenderás, como si alguien te rebelara la verdad absoluta solo a ti.. que sigues aquí, viva, y que después de atravesar las tormentas y ver absolutamente todo lo que se puede ver en ese tiempo, tú tiempo, no has muerto.
Y si por alguna razón fueses tú quien dejara en el camino a algún vagabundo sediento de afecto y compañía, no se te olvide que tristemente la vida continúa, aún si con ello nuestras huellas se borraban desde hacia un tiempo.
Aprende a contentarte mi niña querida, al final lo único que tienes es aquello que no puedes perder, es común olvidarle, siempre lo hacemos, continuamente, dejamos de lado sus preocupaciones, sus anhelos, sus sueños e inquietudes, incluso lloramos más por el amor ajeno, dejamos que las palabras externas penetren y nos hieran por siglos.
Mi niña, prométeme que serás sorda, un detalle importante que casi olvido decir es.. no dejes que las palabras de enojo, desesperanza, ira o frustración propias u ajenas te lastimen por siempre, son acciones tontas que aveces empleamos para manifestar carencias, cosas que por desgracia nos vuelven ogros, nos envenenan el alma, cura tu profunda herida en la sabiduría y resplandece, no importa que la obscuridad del momento sea densa..
Cuando uno es joven y aún se tiene un cúmulo de energías esperando ser explotadas, casi no piensas que tienes que colocarlas en orden para poder avanzar, por esta razón hemos gastado aquella frase que usamos las personas maduras al referirnos al ímpetu juvenil sugiriendo que el mundo puede comerse a manos llenas, en dado caso que así fuese, puesto que nos provocaría una gran indigestión tal saña.
Con el paso del tiempo las cosas van apaciguando ese furor, y hasta el modo de actuar se vuelve tranquilo, a veces entendemos que ciertas realidades deben manejarse de alguna forma, aunque no sea como lo esperamos, a diferencia de cuando se es joven, la madurez llega para asentar cada parte de nuestra existencia a la justa medida de la realidad que vivimos, la vida es así, y no luchamos contra ella, la comprendemos, la aceptamos y posteriormente fluimos con ella.
Todo es sencillo cuando te tomas de su mano y transitas este largo recorrido que con suerte dure un par de años más, por el contrario, esto no me quita habilidades, se bien lo que sientes, lo puedo ver a través de tus ojos, pero no sufras mi niña, el sufrimiento es en vano, amarga tu camino y te estanca. Recoge tu dolor, y llévalo de una forma decorosa, haz esto lo mejor que puedas y no olvides sonreír, si aún duele el hecho de reír, amortiguará ese duro golpe que nos damos al caer.
Y cuando te sientas sola, recuerda que aun puedes revestirte de esa soledad y cocerla para hacerte un hermoso vestido,para cuando ese sentimiento encuentre un muelle donde amarrar, porque siempre lo encuentra... podrás mirar con claridad y te sentirás fuerte, motivada, tranquila, solo entonces podrás decidir si arribar o seguir tu camino en una mejor dirección.
Quiero que me permitas el atrevimiento de aconsejarte una cosa más, te pido, que si decides quedarte o marcharte, trates de no olvidar que este proceso es cíclico y normal, no es trascendental pero necesario, así que debes estar lista para saber cuando será el momento de soltar o incluso de irse. Ambas cosas dolerán muchísimo, pero un día.. te encontrarás en un sitio tranquilo como este, y reposando, reflexionarás acerca de todo esto, y comprenderás, como si alguien te rebelara la verdad absoluta solo a ti.. que sigues aquí, viva, y que después de atravesar las tormentas y ver absolutamente todo lo que se puede ver en ese tiempo, tú tiempo, no has muerto.
Y si por alguna razón fueses tú quien dejara en el camino a algún vagabundo sediento de afecto y compañía, no se te olvide que tristemente la vida continúa, aún si con ello nuestras huellas se borraban desde hacia un tiempo.
Aprende a contentarte mi niña querida, al final lo único que tienes es aquello que no puedes perder, es común olvidarle, siempre lo hacemos, continuamente, dejamos de lado sus preocupaciones, sus anhelos, sus sueños e inquietudes, incluso lloramos más por el amor ajeno, dejamos que las palabras externas penetren y nos hieran por siglos.
Mi niña, prométeme que serás sorda, un detalle importante que casi olvido decir es.. no dejes que las palabras de enojo, desesperanza, ira o frustración propias u ajenas te lastimen por siempre, son acciones tontas que aveces empleamos para manifestar carencias, cosas que por desgracia nos vuelven ogros, nos envenenan el alma, cura tu profunda herida en la sabiduría y resplandece, no importa que la obscuridad del momento sea densa..
Para mi querida Yun.
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