Transmisión Nocturna
...Y estaba allí, un tanto inquieta e incómoda metida en mi sillita de estar, donde algunas veces me vuelvo una persona ocurrente. (pausa y suspiro)
Entonces me quedé quieta y callada mirando la sombra de una cortina situada en algún rincón de la habitación y desplegué la lista de música desde mi iTune, solo un par de segundos y fijé mi mente en los espacios vacíos que quedan cuando no sabes que decir para enmendar algo que arruinaste el minuto anterior, así fue como vino a mí, ésta melancolía ligera y momentánea, pasajera como el viento, incansable como el mar...
Seguí así un rato más, rodeada del alo negro que se iluminaba en el fondo por la tenue luz de un faro encendido, a veces divagué, y también sonreí con timidez, hacía ya tanto tiempo desde la última vez que la sentí.. En los tiempos de estudiante, cuando jugabas a soñar o soñabas jugando, ja ja, cualquiera que haya sido la ocasión para ello la verdad es que lo disfrutaba, recuerdo que era grato no hacer nada, incluso solamente estar ahí, callada y en compañía del silencio.
Por lo menos ahora, desde este rincón del Universo, juego a decir las palabras que quisiera poder decirte al oído, volver a verte desde adentro, sentir que estás, y que no vas a marcharte. Aquí estás no es cierto? nuevamente como algunas noches cuando decides acompañarme, cuando me tomas de la mano y te quedas sentada a mi lado, y me describes todos esos ratos que tan feliz fuí...
Charlemos pues, que cerca de la una de la mañana tomaremos nuestro tradicional té e iremos a la cama intentando descifrar las escenas inconclusas en las que no supimos actuar. Querremos reinventar una nueva forma de salir del paso y finalmente, cuando estemos cansados, miraremos el primer alo de luz asomarse en la ventana...
Me callo entonces, te miro con ansias y te espero en la trastienda habitual, retransmitiendo desde ahora...
Entonces me quedé quieta y callada mirando la sombra de una cortina situada en algún rincón de la habitación y desplegué la lista de música desde mi iTune, solo un par de segundos y fijé mi mente en los espacios vacíos que quedan cuando no sabes que decir para enmendar algo que arruinaste el minuto anterior, así fue como vino a mí, ésta melancolía ligera y momentánea, pasajera como el viento, incansable como el mar...
Seguí así un rato más, rodeada del alo negro que se iluminaba en el fondo por la tenue luz de un faro encendido, a veces divagué, y también sonreí con timidez, hacía ya tanto tiempo desde la última vez que la sentí.. En los tiempos de estudiante, cuando jugabas a soñar o soñabas jugando, ja ja, cualquiera que haya sido la ocasión para ello la verdad es que lo disfrutaba, recuerdo que era grato no hacer nada, incluso solamente estar ahí, callada y en compañía del silencio.
Por lo menos ahora, desde este rincón del Universo, juego a decir las palabras que quisiera poder decirte al oído, volver a verte desde adentro, sentir que estás, y que no vas a marcharte. Aquí estás no es cierto? nuevamente como algunas noches cuando decides acompañarme, cuando me tomas de la mano y te quedas sentada a mi lado, y me describes todos esos ratos que tan feliz fuí...
Charlemos pues, que cerca de la una de la mañana tomaremos nuestro tradicional té e iremos a la cama intentando descifrar las escenas inconclusas en las que no supimos actuar. Querremos reinventar una nueva forma de salir del paso y finalmente, cuando estemos cansados, miraremos el primer alo de luz asomarse en la ventana...
Me callo entonces, te miro con ansias y te espero en la trastienda habitual, retransmitiendo desde ahora...
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